Del relato «Lágrimas por mi tierra»
Y si después de todo
de tanta desobediencia
de tantos tribunales
y tanto odio y separación
no queda más que las ruinas
de un sueño hecho pesadilla
por vivir en el pasado
y no ver el presente
y cuanto ello nos regala.
¿No es mejor mirar
lo construido
que destruir lo ya realizado?
¿No es mejor reencontrarnos
que vivir alejados?
Después de todo, lo mejor
es unir nuestras fuerzas
saltar hacia delante como un pueblo
vencer al enemigo que nos acecha
y que enreda nuestros corazones
que estar separados por las ideas
ir vencidos y derrotados en las esquinas
y ser señalados como enemigos.
Y si después de todo ¡Despertamos!
Y sonreímos al sol
y nos bebemos la sonrisa a tragos
y dejamos de pelearnos
de mostrarnos los dientes
y de alejarnos los unos a los otros
y construimos de verdad
un lugar común donde vivir
como hermanos de verdad.