Del relato «Lágrimas por mi tierra»
Quiero ver tu sonrisa
alegre como la vida misma
y tus ojos brillantes, expectantes
ante el futuro que nos viene.
Sin más ataduras, ni censuras
ni presos, ni exiliados
si no codo con codo
esfuerzo tras esfuerzo
levantando nuestra tierra
con el sudor de nuestra frente.
Y tu sonrisa al viento
alegrando los corazones
de aquellos que te oyen
y responden con la suya
uniendo su canto
al canto que nos susurra la vida
en lo profundo del corazón
y nos hace luchar por la libertad.
Guárdate bien de la noche
que siempre viene
detrás de cada batalla
y tras las heridas recibidas
cuando las lágrimas se derraman
y los corazones se lamentan
por la pérdida.
Y al amanecer, cuando el sol asoma
el suave susurro del nuevo día
nos invade
nos hace mirar más allá
alejándonos de la sombra
y nos acerca a la ilusión
y tu sonrisa se mezcla alegre
con la esperanza
del nuevo día.