Perdido sin remedio
repiten como un mantra
al vernos juntos
o no vernos con sus ojos
confundidos en su soledad
en la tristeza de su presente
sin amor imposible
ni aventuras locas
que llevan a tu corazón.
Y perdido sin remedio
me encuentro revuelto
entre tu pelo y tus brazos
cuando me encarcelas entre ellos
sin dejarme respirar
ni ver otro solo que tus ojos
en estos momentos oscuros
donde nuestros cuerpos
se besan en secreto.
Un secreto que no lo es
pues perdido sin remedio
me encuentro desde el día
en que nuestros ojos se encontraron
y nuestros labios sonrieron
al vernos aturdidos
por el calor de nuestros corazones.