Del relato «Lágrimas por mi tierra»
Sin voluntad te veo
doblegado por los deseos
de aquellos que quieren
un mundo al revés.
Sin seguridad ni armonía
sin la sonrisa amiga
y los brazos abiertos
de los que tanto hablábamos
con la sonrisa en los labios.
Y ahora después de la elecciones
te veo sin voluntad
solo con el puño en alto
gritando al levantamiento
a seguir la lucha sin sentido
y sin victoria alguna.
Y te veo cargarte de razones
elevar tu canto de sirena
para que el viento se lo lleve
por todo el país
y los descontentos se levanten
con el puño cerrado, gritando.
Sin voluntad te veo
de detener tanto desastre
sin recordar que nuestra vida
está enredada con la de millones
y no vivimos aislados
ni alejados de los demás.
Aunque la verdad es
que buscando la unidad
nos olvidamos de lo universal.