Del relato «Lágrimas por mi tierra»
Después de tanto tiempo
de viajar sin capitán ni timonel
esperando en el futuro
nos encontramos de nuevo
con un nuevo comandante
que nos lleve hacia el presente
y luego al futuro por construir
siempre por alcanzar.
Joven en sus carnes
viejo en sus aspiraciones
con la energía vital
de comandar el navío
hacia la tierra buena
que nos debe alimentar
y donde poder prosperar en paz.
Así que esperando en el futuro
nos encontramos
con la esperanza en el corazón
la alegría a flor de piel
y las ganas de volverlo hacer.
De levantarnos cada día
de construir con nuestras manos
de liderar cada proyecto
que nos haga más fuertes
más dinámicos
más vivos que ayer
cuando las sombras del pasado
nos visitaban y encadenaban
a un presente que no deseamos.
Y ahora las ganas vuelven
la alegría tiñe nuestras vidas
con la esperanza en la boca
esperando en el futuro en nuestras almas
de encontrar una ruta
un itinerario
a donde nos lleve
a la esperanza de vivir en paz.