#PoemasAlAlba Justo Marco
El aire de la ciudad
me envuelve en su cálido abrazo
consumiendo mis energías
en el vaivén del tráfico
de las gentes corriendo
en el baile de la ocupación
cuando el día amanece
esclavos del dinero que necesitamos.
Y cuando nos ofrecen algo nuevo
los hombres grises
que nos observan
para controlarlo todo
nos detienen por el miedo
de perder lo conseguido.
Pero esclavos somos
de nuestros bienes
del trabajo reputado
conquistado con nuestro sudor
y poco valorados.
Y nos venden que nuestra vida
debe ser envuelta
por el aire de la ciudad
cargado de promesas incumplidas
de amores de acera
y oscuros rincones
donde se comercia
con lo que sea.
Y nuestros ojos
se vuelven tristes grises
como esos hombres que todo lo controlan
y cuentan su dinero
entre sus temblorosas manos
ansioso del poder acumulado.
Y mientras la vida
se nos escapa
entre idas y venidas
entre fichar a la entrada y salida
dejándonos la vida
bajo la imposición del aire de ciudad
que nos engaña con su toxicidad
como si fuera éxtasis.
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