En el silencio de mi ciudad
recorro las calles
transportando los retazos
de vuestras vidas
en pequeñas cajas de cartón
esperando repartir sonrisas
y la alegría perdida
en el confinamiento
de nuestras casas.
Y la policía tan fiel
a las leyes construidas por los hombres
velan por su cumplimiento
sin dejarnos descansar
cuando pisamos el silencio de mi ciudad
con nuestros neumáticos
y mis piernas me empujan
siempre arriba
hacia el destino
sin importar lo alto que estéis.
Mi vida va de portal a portal
repartiendo ilusiones
esa sonrisa agradecida
que me elevan el corazón
cuando el silencio de mi ciudad
me castiga el corazón
y las ganas de recorrer
sus silenciosas calles.