Ahora ya no queda nada
de la mujer que fuistes
cuando te acercaste a mi
con los ojos arrasados
y el corazón encendido y herido.
Todo pasó y la vida
vuelve a florecer en tu rostro.
Y tus ojos son más azules
que el día que los conocí
y tu cabello más dorado
que el día que entre mis dedos
se deslizaron suavemente
y tu sonrisa es más auténtica
ya no se esconde por temor
si no que destella con su propia luz.
Si, ahora ya no queda nada
de aquel pasado terrible
del cual los dos nos alejamos
para vivir nuestra vida
en bajo una nueva esperanza
una sonrisa renovada
y un corazón lleno de fuerza
para batir todos los récords
que nos limitaron antaño.
Ahora ya no queda nada
y todos lo saben
aunque se aferren a su pasado
donde su poder los dejaba
exhausto y ebrios de poder y lujuria
de unas vidas construidas
bajo el gobierno del poder.
Ya saben que no pueden detenernos
ni volver a encadenarnos
por ello intentan herirnos
atraparnos para no poder volar.
Pero la vida recorre nuestras venas
y nuestros corazones
ya son libres.
Libres de vivir la vida
que deseamos tener.