Dejame llorar
por tanta destrucción
por tanta sangre derramada.
Sangre a la sangre llama
como corneta a la batalla
por conservar la vida
aferrarse a la cordura
que nos daba la paz.
Una paz destruida
por la tiranía de un hombre
con deseos de Dios
de los bolsillos llenos
de oro y piedras preciosas
y el corazón alejado
de sus ciudadanos
de sus hijos
y los hijos
y las vidas de los demás.
Detrás de su gran mesa
alejado de los horrores de la guerra
ignora el toque de carga
de la sangre a la sangre
odio por odio se paga
muerte por muerte es la igualdad
de toda guerra
que nos desborda el corazón.
Con el corazón helado
como la tierra
que de tanta sangre vertida
ha perdido la vida
y helada y esteril
a quedado llorando
por el mandato imperioso
de la sangre a la sangre
dejando a su paso
solo el horror
de la destrucción.
Te busco cada día para besarte en los labios para acariciarte el alma para acoger…
Que tristeza la mía al contemplar la destrucción qué causa tu corazón por la pasión…