Luchando por el poder
nos olvidamos del ideal
la idea de ir unidos
por un mismo camino
por un mismo destino.
Y la gente que olvidamos
que dejamos en el sendero
nos miran pasar tristes
bajando la mirada
para que no se vean
las lágrimas por su tierra
nuestra tierra.
Al final todo es el poder
por eso todos van
luchando por él
un poder que nos corrompe
que nos engaña y nos dice
que somos capaces de decidir
nuestro destino
los acontecimientos de nuestra vida
ser parecidos a Dioses.
Pero solo somos hombres.
El poder nos engaña
para que lo deseemos
para sentirnos poderosos
borrachos de falsa seguridad
derramando la sangre
por su afán de dominar
de doblegar a su voluntad
la voluntad del tiempo
de la misma vida.
Pero el poder nos engaña
para que en nuestra ceguera
estemos luchando por el poder
con todo nuestro ser
perdiendo la razón
los amigos
y destruyendo
lo que tanto amamos.
Por eso derramamos
lágrimas por nuestra tierra
pues la vemos desolada
olvidada y arrasada
por los que tanto aman el poder.