Del relato «Lágrimas por mi tierra»
Bienvenida unidad
que hermosa palabra
que nos llenaba la boca
en nuestra alocada juventud
cuando creímos que todo era posible
y emprendimos el viaje
hacía nuestro país deseado
hacia nuestra meta.
Pero el viaje nos ha desgastado
ha hecho girones nuestras ilusiones
ha agotado nuestras esperanzas
y solo queda el deseo
el ansia de la revancha
de no desaparecer
en el olvido
lejos de la patria amada.
Bienvenida unidad de la realidad
donde vemos que el poder
todo lo corrompe
y erosiona la vida prometida
en una patria lejana y querida
bajo qué bandera enarbolada.
Ahora el ansia del ser
nos divide y deja exhaustos
como ya nos dijeron hace años
cuando empezamos a caminar
por esta nueva senda.
Y ahora bajo qué bandera
diremos “bienvenida unidad”
si vamos errantes sin gobierno
divididos en el camino
hacía ese lugar tan amado.
Unidad para no volver atrás
para no reconocer, humillados
lo inútiles de nuestro esfuerzo
y volver de nuevo al redil de los corderos
del cual nos escapamos
hace ya unos años.